
Esos pequeños detalles que hacen que me derrita en el suelo, esos superfluos movimientos que aun así los necesito, para completar mi alma vacía que consigues llenar.
Y aquí es cuando alzo la voz, y digo:
Y que cuando siento esa distancia, cuando no siento la comodidad ordinaria entre las dos, me derrumbo sobre el pavimento. Cuando creo que volverás para darme un beso de despedida, o un abrazo.
Pero éso son sólo monomanías que mi cerebro no puede asimilar.
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