lunes, 26 de octubre de 2009

Hemos perdido el juego.


Coges una hoja y te sientas sobre la cama. Miras al techo y piensas:
"¿Qué he hecho mal esta vez?"
Trazas unas líneas sobre el papel, y vuelves a la misma pregunta. En realidad, te da rabia el hecho de no comprender, de parecer tonta o de sentirte culpable por nimiedades.
¿Realmente son tan insignificantes tus actos?
No lo sabes, pretendes actuar de manera seria y mantenerte firme ante la situación. Te cuesta, pero tu engreimento te prohíbe mostrar una sonrisa, un ápice de tu afecto.
Sólo quieres dormir, olvidarte de la incomodidad de creer hacerlo todo lamentablemente mal, y despertar con buen pie.
Pero aun así, tu rencor se apiada de ti al día siguiente. Pero no, esa persona viene alegremente hacia ti, te confunde y te derrumbas, ¿por qué? Pues porque crees que una discusión "indirecta" debe seguir siendo así hasta que una de las dos comenta el problema .
"¿Qué iba a pasar? ¡Todo en orden! "
Y tú asientes y aseguras que estás de acuerdo con la respuesta. Aun así, no estás conforme.¿Quizás pides demasiado?
Alomejor, el mundo necesita un respiro, puede que, haya gente que desee por momentos que desaparezcas de la faz de la tierra...
Te fuerzas, te intentas creer tu propia mentira,
te es imposible por mucho que lo intentes.

Picture by Gorillaz- El Manana

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