miércoles, 28 de octubre de 2009


Otra vez, la avaricia me mata. Sólo te quiero a ti, a ti, y a ti. No ansio nada más. La falsa modestia enriquece nuestra relación, pero,
¿Y la realidad?

Puedo explotar en cualquier momento y decirte todo lo que te quiero, todo aquéllo que deseo con tanta fuerza. Puedo mostrar mi egoísmo, esa oscura parte que escondo, ¿o alomejor no? Sólo quiero que vivas tu vida a tu modo, pero a la vez, me come la codicia por dentro, el hecho de no poder alcanzar todo lo que anhelo contigo me mortifica y hace que me aterrice sobre el áspero pavimento, cuyo adoquinado acaba conviertiéndose en una cómoda y blanda nube, ya que hacerte feliz es una de mis ilusiones.


Te quiero,
Julie.


1 comentario: